Fuente: En la casa de muchos peruanos
Para
comprender lo que nos está pasando tendremos que comprender lo que la historia
nos dice de nuestro pasado. Estamos a 14
de abril del 85, Fernando Belaúnde Terry, después de gobernar el Perú por
segunda vez y con la nueva Constitución promulgada en 1979, llamada la del 80,
probó que al igual que en su primer gobierno, no supo hacer lo que tenía que
hacer. Fue un gobierno débil y paternalista, subsidiando la economía familiar
en todo lo que pudo. Y como todos sabemos el asistencialismo sea cual sea su
nivel no enriquece, empobrece.
La realidad
económica del Perú no podía estar peor, o eso creíamos. Alan García asume la presidencia del Perú con
apenas 36 años de edad. Ha ganado en primera vuelta, obteniendo el 53 % de votos
válidos. Pero no solo eso. Su partido, el APRA, tiene mayoría absoluta tanto en
el Senado como en la Cámara de Diputados.
García hereda dos serios problemas del régimen anterior: El
grupo terrorista sendero luminoso en gran parte del territorio nacional y
Belaúnde dejó al país en una profunda crisis económica. Las inversiones habían caído de 21,2 % del Producto Bruto
Interno (PBI), en 1982, a 12,2 % en 1985. En 1982, la economía peruana no
creció, en 1983, el crecimiento fue negativo: -12,2 %. En 1980, el ingreso per
cápita era de 1,232 dólares por peruano, en 1985 llegaba tan sólo a 1,050
dólares. El desastre económico del gobierno de Belaúnde se debió,
principalmente, a una caída de precios de productos que Perú exportaba (cobre,
plata, plomo, café) Y no tuvo reacción política.
El gobierno de Belaúnde se había sometido a un “programa de
ajuste” del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el FMI, el principal
problema del Perú era el déficit fiscal. El déficit se debía a que el Perú
gastaba más en lo que importaba que lo que ganaba con sus exportaciones. La
relación entre importaciones y exportaciones se llama “balanza comercial”. Para contrarrestar el déficit fiscal,
el FMI obligó al gobierno de Belaúnde a reducir el presupuesto del Estado, a incrementar
las tarifas públicas y a devaluar la moneda nacional, el sol. La devaluación
frena las importaciones.
Las medidas del FMI, llamadas “ortodoxas”,
ocasionaron una fuerte recesión que repercutió en el bolsillo de los
ciudadanos. Ya hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente:
14,8 % para ser exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobreció
aún más a los ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó
empobreciendo también al Estado: El ciudadano que es pobre consume menos y
cuanto menos consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde
entró en mora con el pago de la deuda externa, o sea la ya conocida política
del “perro muerto”.
Alan García en su discurso de 28 de
julio del 85 atacó al FMI y anunció que tan sólo pagaría el 10% del producto de
las exportaciones del Perú. Le dio inicio a la “heterodoxia” económica. O sea la propuesta de la Izquierda Unida.
Recordemos qué significa APRA: Alianza Popular Revolucionaria Americana. Con esa propuesta inició la época más
desastrosa que haya podido vivir el pueblo peruano. La inició cambiando el
devaluado sol (nació en 1863), con el flamante Inti que nace en 1985. Congeló
los precios básicos, los sueldos y el tipo de cambio respecto al dólar, no sin
antes subir el precio de la gasolina 25% y congelarlo en ese precio.
Alan García y su
equipo de economistas consideraban que había suficiente potencial dentro de la
economía peruana para aumentar la oferta de forma significativa. En otras
palabras: El FMI pensaba que el Estado intentaba cubrir el déficit fiscal
emitiendo dinero más allá de la oferta y así generaba inflación. Alan García creía que la inflación no se debía a una falta de
oferta, sino más bien a que el Estado se había visto obligado a subir el precio
de bienes y servicios básicos (en especial el de la gasolina) para pagar la
deuda. A través de la reactivación de la economía nacional se esperaba salir de
círculo vicioso heredado por Belaúnde y entrar a un círculo virtuoso: A más
crecimiento económico, más recaudaciones tributarias. A más recaudaciones
tributarias, más posibilidades de cubrir el déficit fiscal.
Al principio, las medidas adoptadas dieron resultados. En
setiembre de 1985, la inflación bajó a 3,5 % (12,5 % en abril del mismo año).
Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de clara
recuperación. Los sectores que dependían de la demanda interna (manufactura,
construcción, agricultura) crecieron, no así los sectores dedicados a la
exportación (minería, pesca). En 1986, la economía creció 10 %. Fue el mayor
crecimiento desde los años 50.
Aunque en 1985 el déficit del sector público sólo había sido
del 2,7 % del PBI, el nivel más bajo desde 1979, en 1986 una vez más llegó al
5,1 %. Esto no se debió a un aumento del gasto. De hecho, a pesar de su fama de
ser una administración despilfarradora y populista, el gasto total (corrientes
e inversiones) del sector público cayó del 49 % del PBI, en 1985, al 29 %, en
1986. Sin embargo, los ingresos corrientes totales también cayeron, del 46 %
del PBI, en 1985, hasta 33 %, en 1986.
Fuente: Hagamosmemoria.com 1987
El problema que vino después es el que barrió con toda
expectativa: El crecimiento de la industria nacional era ínfimo, necesitaba de
inversión el país y hubo que recurrir a la inversión bancaria extranjera. La
balanza comercial volvió a ser negativa hacia fines de 1986. Con la
reactivación económica y el alza de sueldos, el Perú volvió a incrementar sus
importaciones mientras que las exportaciones seguían siendo bajas. En diciembre
de 1986, las reservas internacionales del Perú llegaban a 870 millones dólares
comparados con 1,400 millones en marzo del mismo año. Esta falta de liquidez se
debió, también, a que el Estado pagó a sus deudores bastante más que ese 10 %
que García había anunciado, con bombos y platillos, el 28 de julio de 1985. Por
último, la poca confianza de la ciudadanía en el modelo económico de García
condujo a que, hacia fines de 1986, muchos cambiaron sus intis por dólares
temiendo – y, originando – una devaluación del inti. Ya hemos visto que el
paquete de medidas adoptadas por García incluía el congelamiento del tipo de
cambio inti-dólar y creó el dólar MUC (Mercado Único de Cambios). Pero tal
congelamiento tendía a ser artificial en tanto la demanda real de intis iba
perdiendo cada vez más terreno frente al dólar.
A fines de agosto de 1985, después de la devaluación inicial
de 12 %, la tasa de cambio libre se había estabilizado en casi 17 intis por
dólar. Solamente llegó a superar los 18 intis 14 meses después, en octubre de
1986, cerrando el año en 20 intis por dólar. Hasta octubre de 1986, la brecha
entre el dólar oficial y el paralelo varió entre 24,5 y 27 %. Sin embargo, ante
el temor de una crisis en la balanza de pagos, junto con la pérdida de reservas
a finales de 1986, el diferencial empezó a crecer. A fines de 1986, llegó a 43
%. En la primera mitad de 1987, el dólar paralelo se disparó de 20 a 40 intis y
el diferencial con la tasa oficial superó el 100 %. Por lo tanto, se hizo
evidente que el Banco Central ya no podía controlar el mercado del dólar, y con
las reservas haciéndose más y más escasas, adquirir dólares fue de primordial
importancia para el sector privado. Rápidamente el aumento del valor del dólar
estaba escapando de todo control. Entonces la política económica del APRA
empezó a caer en contradicciones. Y no rectificó el asistencialismo, sino lo
profundizó y lo volvió política de Estado. No comentaré más sobre lo que aconteció
en aquella época, se puso mucho peor, llegamos a tener una inflación de 6
dígitos. Ese comentario será en otra ocasión.
El objetivo del presente comentario es presentar
las similitudes entre el pasado primer gobierno apro-izquierdista del Sr. Dr
Alan García Pérez con el actual gobierno, del Sr. Cdte, (r ) Ollanta Humala
Tasso. Debemos resaltar que el ex comandante
recibió el gobierno en julio del 2001 con reservas internacionales Netas de US$
46,127 millones de dólares. Con 33 proyectos de inversión minera como de interés nacional y de ejecución prioritaria. Con el probado valor de la
Constitución del 93, a pesar que en un arrebatado ejemplo de populismo
“juramentó” por otra. Una proyección de 36,145 millones de dólares de
inversión. Según "Doing Business" el Perú mejoró, subiendo del puesto 56 al 36 en
un año en el estudio presentado por el Banco Mundial. Después del segundo
gobierno del Sr. Dr. Alan García Pérez, el que profundizó las bases de la
Constitución del 93.
El Sr. Cdte (r) Ollanta Humala Tasso
inicia su gobierno el 28 de julio del 2011 recibiendo una economía en orden y con
la clara perspectiva de crecimiento que describen los 36 mil millones de
promesa de inversión, sin terrorismo, sin inflación, sin caos social, con menos
índice de pobreza, con el más grande crecimiento en la industria de la
construcción jamás visto en el Perú. Con inversionistas tocando las puertas del
país para venir a colocar sus capitales. Con Tratados de Libre Comercio con
muchas naciones interesadas. Con el apoyo de la mitad de los peruanos, con
mayoría concertada en el Congreso contando como aliados a Perú Posible
liderados por el ex Presidente Alejandro Toledo Manrique, a Acción Popular,
Solidaridad Nacional, el Partido Popular Cristiano, a toda la izquierda
disgregada del país y teniendo como oposición al Partido Aprista Peruano y la
Fuerza Popular, o sea al fujimorismo.
En buena cuenta contando con la mayoría
del Congreso y con una oposición débil y maniatada.Los medios de comunicación
mayoritariamente soportados por periodismo alineado a pensamientos de corte
socialista y/o de comportamiento políticamente correcto. Aquellos que no tienen
opinión propia sino de propuesta social. De moda.
A pesar de parecer la panacea de la felicidad, el Presidente Humala desde su juramentación al cargo, ha decidido volver a la propuesta de la “heterodoxia” y ha pasado de la “Gran Transformación”, que no es otra cosa que el más recalcitrante programa de gobierno que la izquierda más ortodoxa ha podido confeccionar, inspirado en el desastroso gobierno del improvisado Gral. Golpista Juan Velasco Alvarado, a una propuesta híbrida que ha llamado “Hoja de Ruta” que hasta ahora nadie en el Perú puede descifrar y que no es más que la transformación del orden establecido al regreso al asistencialismo que tan fácilmente aplicó el Sr. Arquitecto Fernando Belaúnde Terry y que profundizó el Sr. Dr. Alan García Pérez, sumiéndonos en la más triste y desastrosa situación económica que el Perú haya vivido en su historia.
Analicemos ejemplos, el Dr. Alan García
Pérez impuso un Programa de Asistencia Directa (PAD) en el que se dio trabajo a
todo aquel que lo solicitara sin propósito ni planificación alguna, más allá de
hacer una “declaración jurada de pobreza” se crearon entes estatales y
paraestatales que contrataron a personal excedente desde su nacimiento, generando
un permanente déficit con la gigantesca
carga laboral con quien cumplir y que generaron huelgas y paros durante todo el
año. Nunca supo manejar el conflicto social su corazón revolucionario no
permitió dar la solución.
Fuente: Colectivollariku.blogspot.com
Hoy el Presidente de la República, el
Sr. Cdte Ollanta Humala Tasso, ha creado Qali Warma, Pensión 65, Beca 18, todos
programas asistenciales.
Qali Warma, en resumen, nos ha dejado más de mil niños peruanos intoxicados y tres muertos por falta de manejo profesional del programa. La improvisación mostrada se sustenta en los objetivos planteados. A fin de “ampliar” el abanico económico al interior de las regiones, se ha convocado a todo aquel que quiera participar en la producción de alimentos para la sostenibilidad de la población infantil de menores recursos. Eso sería muy buena idea si esos convocados tuvieran alguna experiencia en el tema, pero no, lo que ha sucedido es que cualquiera que ha visto la “oportunidad de negocio” se inscrito en el programa cono los subsecuentes resultados. Al momento de elegir entre el negocio para los pequeños proveedores y la salud de los niños, el gobierno ha elegido a los dos y no se ha logrado el éxito ni en uno ni en otro objetivo, ambos han fallado, entonces hoy tenemos pequeñas empresas que no cobran, ni cobrarán el “servicio” dado al estado y a comunidades que ya no tienen el sustento alimenticio prometido, ni siquiera el anterior.
Qali Warma, en resumen, nos ha dejado más de mil niños peruanos intoxicados y tres muertos por falta de manejo profesional del programa. La improvisación mostrada se sustenta en los objetivos planteados. A fin de “ampliar” el abanico económico al interior de las regiones, se ha convocado a todo aquel que quiera participar en la producción de alimentos para la sostenibilidad de la población infantil de menores recursos. Eso sería muy buena idea si esos convocados tuvieran alguna experiencia en el tema, pero no, lo que ha sucedido es que cualquiera que ha visto la “oportunidad de negocio” se inscrito en el programa cono los subsecuentes resultados. Al momento de elegir entre el negocio para los pequeños proveedores y la salud de los niños, el gobierno ha elegido a los dos y no se ha logrado el éxito ni en uno ni en otro objetivo, ambos han fallado, entonces hoy tenemos pequeñas empresas que no cobran, ni cobrarán el “servicio” dado al estado y a comunidades que ya no tienen el sustento alimenticio prometido, ni siquiera el anterior.
En el caso de Pensión 65 los que se ha
logrado es que personas que sin escrúpulo alguno se hayan afiliado al programa
y están siendo beneficiados sin que sean parte del objetivo, no se ha purgado
debidamente los listados de personas mayores de 65 años con la necesidad del
soporte. Y como queda claramente establecido es el programa asistencial más
vulnerable posible pues depende exclusivamente de la voluntad de las partes
tanto del que lo solicita como del que lo da.
Beca 18 según denuncias de hace unos
días es un programa que ha seducido a nuestros mejores estudiantes y los ha
becado para que por cuenta del Estado se desarrollen profesionalmente. Se les
ha dado la oportunidad de lograr sus metas, pero como el programa se ha puesto
en manos de gente absolutamente ideologisada las decisiones tomadas lo que han
logrado es a muchachos abandonados a su suerte en distintas partes del mundo.
Tal como hemos visto que sucede con los que fueron a Cuba.
He tocado casi superficialmente los
tres emblemáticos programas asistenciales propuestos por este gobierno,
investigaremos más a fondo de cada uno de los temas, lo que no deja de ser una
realidad es que en la suma de ellos se ha invertido Setecientos millones de
dólares para su logro, y no tenemos la seguridad que los programas hayan
obtenido logros, nos han planteado que el gobierno tiene gran vocación
asistencialista logrando con ello transmitir un triste mensaje: Estira la mano
y se te dará.
Fuente: Colectivollariku.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario