por Julio Caballero
Bandera del Perú
Cuando era niño, hace más de medio siglo, mis padres eligieron un gran
colegio, en el profundizaron las enseñanzas que recibí al interior de mi hogar,
me quedó claro que para la pacífica convivencia es imprescindible aceptar
reglas entre los pares. Desde el principio nos enseñaron que cada uno tiene un
lugar físico, que cómo lo cuidemos y atendamos, nuestras vidas serán más
cómodas y organizadas. Casi simultáneamente mientras nos enseñaban a leer y a
escribir nos mostraban lo importante que es aceptar nuestros deberes.
Qué gran sorpresa, al aceptar nuestros deberes nuestros derechos vinieron
solos!
Si pues, mi infancia se desarrolló entre la felicidad de tener una
maravillosa familia y gozar de una sólida formación académica. Si era un
colegio de ricos? No, no lo era, era un colegio organizado, con pautas de
desarrollo que inicialmente las monjas compartían con nosotros y luego los
curas consolidaron.
Nada me hace más orgullos que declarar mi alegría de haber sido parte de la
formación Marista que el Colegio Champagnat de Miraflores me dio. Las normas no
se discutían, y a quien no le gustaban se les invitaba a reconsiderar, si no
querías reconsiderar se te invitaba a cambiarte de colegio, así de llano y
sencillo. Mi educación continuó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
no saben qué cambio, pero ese será otro tema a tratar.
Esa enseñanza, tremenda por decir lo menos, me forjó. Me quedó claro que
podemos escribir las mejores leyes del planeta, pero si no las acatamos son
letra muerta. Que es posible que no nos guste la ley, claro que es posible. La
ley es un tirano que se mete en nuestro lugar, simple, el otro lugar es otros,
cada uno tiene el suyo.
Entonces la reflexión me lleva a otro nivel: cómo se inventan las leyes?
Hay muchas formas de diseñar leyes, pero todas tienen el mismo punto de
partida: la tradición.
La tradición que se pasa de generación en generación no es otra que la
aplicación de normas morales que hoy las vemos como naturales y que podemos
cuestionar hasta el hartazgo pero que en los inicios de la humanidad eran
máximas para coexistir.
En mi caso esas normas morales son los “10 mandamientos”, sí, esos que ya
casi nadie estudia y si los estudiaron alguna vez hoy ocultan su valor. Como si
los avergonzara. Pues nada, de esos mandamientos salieron leyes tan importantes
como no matar, no mentir, no inventar falsos testimonios, amar al prójimo,
respetar a las instituciones, etc., Esas leyes, gracias al desarrollo social
han sido adaptadas a las circunstancias del momento, si matas, hay variantes
que te hacen más o menso culpable, hay agravantes o atenuantes, por poner un
ejemplo evidente. No es lo mismo cuando nos pescan mintiendo, o levantando
falsos testimonios o haciéndonos los “vivos” por cometer adulterio, etc., vamos
alejándonos de las normas morales, las estamos convirtiendo en no importantes,
siendo las más importantes, como veremos en este modesto análisis.
Nos hemos “liberado” del mandato de la moral. Hoy es difícil sostener una
conversación con alguien sin que tengas que ser “castigado” por creer en algo
que consideras superior. No es posible, si quieres ser parte del mundo
“civilizado” que creas en un Dios.
En fin, entrando al tema, mi pretensión es llamar la atención de todos
aquellos que se quejan de cómo estamos para que se tomen un momento en su
agitada vida, sea o no, para que entremos a desarrollar una reflexión que el
Perú pide a gritos: Cómo organizarnos para ser mejores.
Esa respuesta es inmensamente difícil, pero mientras no lo pensemos y por
lo menos lo intentemos, no lograremos algún tipo de objetivo, generando más
desgaste y caos.
Tomaré un ejemplo que a todos nos toca. El voto femenino no fue siempre,
como lo es hoy, ese fue un deber ganado, lo que muchos dirán la “mujer ganó su
derecho a votar” y cometerán el error de siempre.
Los derechos son el argumento del que no tiene argumentos para liberarse de
sus deberes. Me explico, hace unas líneas arriba les hable de mi formación, de
mi familia, del colegio, de la universidad, de mandamientos, de normas morales,
de leyes. En cuál de esos dichos alguien leyó “derechos”
En ninguno. No solemos hablar de derechos los que tenemos formación
familiar y académica, hablamos de lo que podemos hacer para ayudar a nuestra
comunidad y permitimos que la colectividad tome sus decisiones en armonía,
“jalamos” para que nos consideren pero toleramos las ideas de todos los demás,
por eso tenemos que asumir los excesos que se producen, aún cuando no sean
generados por nosotros, los permitimos.
Entonces, si nos hemos sintonizado correctamente, podremos inferir que la
búsqueda de leyes para que nos conduzcamos con propiedad social debe nacer de
la voluntad de servir y para servir con propiedad debemos hacer que nuestros
deberes marquen la pauta de nuestros pasos.
Si finalmente estamos de acuerdo debiéramos empezar por la pregunta de
rigor: hemos leído, aunque sea por curiosidad la constitución del 93? Tenemos
alguna idea de por qué es como es? Sabemos que la Ley de leyes es un compendio
de deberes que garantizan nuestros derechos y no al revés? Los invito a
instruirse y a leerla, luego de leerla a consultarla y finalmente a respetarla.
En la Constitución, que es consecuencia de la necesidad del pueblo peruano de
conducirse apropiadamente, encontramos respuestas a todas nuestras obligaciones
y necesidades. Insisto en el punto porque después de leerlo no hay marcha
atrás, seremos responsables de nuestros actos.
La Constitución del 93 es el resultado de una necesidad imperiosa de
ordenarnos con respecto a la realidad propia no respecto a los dictámenes que
normas extrañas a nosotros que por muy modernas que fueran en su momento, no
solucionaban ni de cerca los requerimientos del país, tal como la historia lo
ha demostrado.
La constitución del 79/80, ejemplo de arreglos políticos entre el APRA
(Alianza Popular Revolucionaria Americana, después convertida en el Partido
Aprista Peruano pues no podía candidatear una institución no peruana[?]), el
Partido Popular Cristiano, PPC, y todos los micro gritones de la izquierda
recalcitrante, en que se imponen criterios anacrónicos, ya superados en casi
todo el mundo, no consiguió ser más que el vivo ejemplo de lo que pasa por
entrar al “toma y daca” político, por encima de lo que requería el país. Solo
por comentar, esa constitución fue remitida a Palacio de Gobierno, donde
residía el dictador de turno Francisco Morales Bermúdez Cerruti, quien en un
vano intento de corregirla “sin éxito”, impuso disposiciones transitorias, que
como todo lo que pasa en el Perú se volvieron definitivas. Eso para que vean
cómo defendieron los “demócratas” a “su”
constitución.
Más de cuatrocientos artículos que lo único que consiguieron fue la utilización
abusiva de los recursos económicos por unos pocos, la destrucción de la clase
media del Perú y la completamente injusta repartición de la riqueza entre los
peruanos. El modelo social de mercado que se impuso afiliado al pensamiento
social demócrata impuesto por el APRA fue demoledor.
Se convoca a elecciones, el viejo líder del APRA Víctor Raúl Haya de la
Torre murió el 79, el PPC, partido de los “ricos” no estaba preparado, sólo
tenía presencia en Lima y los de izquierda se mataban entre ellos. Quién gana
esas elecciones: Fernando Belaunde Terry, no aprendimos nada de los 60s.
Volvimos por más. Precisamente el partido que no quiso participar de la
Asamblea Constituyente del 78, cálculo político, que le dicen.
En un golpe de suerte el ministro de Economía del régimen militar nos dejó
1250 millones de dólares de reservas, el precio del cobre subió. Y eso recibió
Acción Popular de “caja”. Este partido en un alarde de incapacidad, que pagan
hasta hoy, sus representantes más saltantes son Victor Andrés García Belaunde y
Yonhy Lescano, creo que con eso se describe todo, no supo adecuarse a la
novísima Constitución y el APRA y la izquierda le pasaron la factura.
El APRA expertos en gobernar desde la calle, no participó del “Gobierno de
Ancha Base” convocado por el Sr. Belaúnde y la izquierda le dio todo el soporte
ideológico posible a quienes después conoceríamos como: “Por el Luminoso
Sendero de José Carlos Mariátegui Partido Comunista del Perú” o sea, Sendero
Luminoso – PC del P. Con los tenebrosos resultados de matanza y destrucción que dejó el
terrorismo en el Perú.
El gobierno fue incapaz de reaccionar, los calificó de un grupo de abigeos
y desplazó a las Fuerzas Armadas, sin entrenamiento alguno, a “controlarlos”
ocasionando las cientos de fosas comunes que se han encontrado al interior del
país. Ojo no acuso, expongo. Esas fuerzas del orden eran entrenadas con
manuales de la segunda guerra mundial, eran entrenados para enfrentar una
guerra convencional y Sendero no se enfrentaba, se mimetizaba, se escondía
entre los habitantes de los pueblos alto andinos.
El desastre dejado por Belaúnde nos condujo a otro peor, quizá el peor de
la historia Republicana, el gobierno del Partido Aprista Peruano liderado por
Alan García Pérez del 85 al 90. El líder del APRA verdadero líder político,
tuvo todos los elementos constitucionales y legales para hacer el mejor
gobierno que el Perú pudiera haber visto.
Alan ganó en primera vuelta electoral, su oponente Alfonso Barrantes Lingán
de la “Izquierda Unida”, declinó a competir, aún cuando la ley electoral no lo
contemplaba, pero los políticos “aceptaron” la declinación porque eso “ayudaba”
al Perú y “evitaba un gran gasto”, y empezó la danza.
El joven Presidente, apenas de 35 años, entró cargado de la doctrina social
demócrata, imbuido de la enseñanza francesa de lo que es el socialismo francés,
lleno de ímpetu, arrollador, casi omnipotente, hizo arreglos con el
empresariado, trató de controlar a la hipócrita izquierda y se consolidó al
interior de su partido. Sendero seguía “liberando” zonas y las fosas comunes
seguían creciendo. Hasta que la economía no pudo más, nos “comimos” las pocas
reservas que teníamos pues el asistencialismo de Belaúnde se profundizó con la
gestión García y los empresarios se llevaron su dinero del país. Debíamos a
todo el mundo y lo que es peor no le pagábamos a nadie, nos volvimos una
especie de apestados.
En el año 87 el Primer Ministro Abel Salinas intentó recomponer la economía
del país, pero ya era tarde y no lo dejaron sincerar cifras, se dilató la
agonía. Se hizo un nefasto intento de estatizar la banca y con ello los pocos
capitales que había terminaron por irse. La inflación era de 7 dígitos y
Sendero entró a Lima con su guadaña de muerte en las manos. Coches bomba,
asesinatos selectivos tanto de ellos como del otro grupo terrorista Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) quien estaba compuesto de un grupo disidente
de la juventud aprista de ultra izquierda y que contó con la “vista gorda” del
gobierno.
El Perú era un caos, no porque yo lo diga sino que las cifras así lo
definen. Había caos económico ya está descrito, había caos social, no solo
porque los movimientos terroristas nos estaban destrozando, sino porque el
movimiento sindical capturado por la izquierda “legal” paralizó a las pocas
empresas productoras que teníamos, desde mediados de los 70s no se desarrollaba
proyecto minero alguno, no creció la frontera agrícola y la industria, como ya
dije, decreció.
Fuente: El Comercio: Una Historica devaluación: 25 años del Inti. Diciembre 31 2010.
García terminó su gestión dando manotazos de ahogado, rodeado de corrupción
por todos los niveles que se quisieran analizar, su partido se disgregó, la
población estaba entre dos fuegos: la Hiperinflación y el terrorismo, el estado
había abandonado a su territorio incapaz de hacer frente al enemigo, no había
dinero ni para comprar balas, las comisarías eran atacadas todos los días,
asesinados los policías abandonados a su suerte.
Estábamos acostumbrados a que no hubiera fluido eléctrico después de las 6
de la tarde, que no hubiera agua casi a esa misma hora, que sonara la explosión
de un coche bomba tan cerca que sentíamos la explosión. Los centros de abasto
alimentario, de todo nivel no tenían existencias, no por lo menos para todos,
habían “recomendados” que siempre estaban abastecidos.
Me olvidaba, se implantó en varias ocasiones el estado de emergencia en
Lima, eso significa que había Toque de Queda, que a partir de un horario nadie
debía salir de sus casas, desde las 7 pm hasta las 6 am en alguna oportunidad.
Leo lo que pongo y suena apocalíptico, pero no hay otra forma de escribirlo
sin faltar a la verdad, el Perú estaba perdido.
Las elecciones de 1990 eran inmensamente esperadas, el mundo empresarial se
dio cuenta que sus intereses estaban seriamente amenazados, las casta política
perdió su oportunidad de demostrar que era más grande que los problemas que el
país tenía, los dos partidos más importantes del Perú Acción Popular, por su
incompetencia, y el APRA por su arrogancia, no pudieron controlar ninguno de
los problemas que el país tenía, los profundizaron y si alguien hubiera
pretendido hacerlo, la Constitución no se lo permitía, si se hubiera allanado
el camino para que se pudiera, el terrorismo nos había mellado profundamente.
Tal vez lo único bueno que nos hizo el terror es que nos unió tras de la bandera
a todos, el país se dividió en dos bandos: los aterrados ciudadanos amantes de
la paz y la izquierda “legal” que apañaba al terrorismo creciente con su doble
discurso, “no aceptamos al “conflicto armado interno”, pero debemos comprender
las causas que lo componen”. Eso el terror lo aprovechó intensamente.
Como decía las elecciones fueron muy esperadas pero con desprecio por los
representantes políticos indiferentes al dolor ciudadano e inconsecuente con la
necesidad y la propuesta. Entonces aparece Mario Vargas Llosa inflado por ese empresariado asustado con los
acontecimientos y financiado por ellos , bendecido por el Cardenal Vargas
Alzamora. Todo estaba listo y en las elecciones sucedió lo impensado, apareció
un ingeniero, de origen japonés, absolutamente desconocido, subido en un
tractor ofreciendo “honradez, tecnología y trabajo”.
Vargas Llosa no fue elegido en primera vuelta, “humillado” por los peruanos
en el primer vuelo a España se fue del país y tuvo que ser “convencido” por el
Cardenal, quien fue tras él, para que nos perdone, volviera y diera la
“batalla” en segunda vuelta, que todos los que se dispersaron votando por los
partiditos, ahora votarían por él, que su lista de “insignes peruanos” era
mejor que la del “chinito”.
Perdió.
Fuente: ABC: "Vargas Llosa pide a las democracias occidentales que rompan sus relaciones económicas con Lima." Abril 13 1992.
Fuente: Archivos Alberto Fujimori en la Sierra
Alberto Fujimori, al igual que Velasco y luego Alan García nunca fue una
propuesta, siempre fue una consecuencia y mientras la casta trasnochada de los
políticos peruanos no lo entienda, será la aspiración de la mitad de los
peruanos que preferirán el pragmatismo del “Chino” que les dio vías de acceso,
tranquilidad social, fronteras en paz, eliminación del terrorismo, moneda
estable, estabilidad económica, acceso al mundo, mínima inflación, reducción de
producción de hoja de coca, colegios, programas sociales de ayuda, disminución de
la carga del estado, crecimiento empresarial, etc. Y todo ello por la dación de
una Ley de leyes, no cambiada por los sucesores a pesar de todas las amenazas
vertidas en campaña, la Constitución del 93. Hoy el Perú es viable y tiene
ingentes reservas económicas.
Fuente: Archivos Alberto Fujimori. Huaicos y desbordes en la Sierra.
Mientras eso no sea superado, la gente seguirá apoyando al encarcelado ex
Presidente, no importa todo lo que se diga de él, el recuerdo en la mente del
ciudadano no se borra por decreto, es trabajo de los políticos recuperar
prestigio, siguen dejando pasar la oportunidad enfrascados en pleitos de café
que no harán que los veamos como opción mientras el Perú se empieza a desgastar
nuevamente y empiezan a haber síntomas que nos recuerdan el pasado tenebroso!